Se cuenta que en una ciudad un grupo de personas se divertía con el PENDEJO del pueblo, un hombre infeliz de poca inteligencia que vivia de hacer pequeños mandados y limosnas.
Diariamente algunos hombres llamaban al pendejo al Bar, lugar donde se reunian, y le daban a escoger entre dos monedas:
Una de tamaño grande con valor de 400 reales y otra de pequeño tamaño con valor de 2.0000 reales.
El PENDEJO siempre tomaba la moneda de mayor tamaño y de menor valor, lo que era motivo de risa para toda la concurrencia.
Un día, alguien observaba a la concurrencia divertirse con el inocente hombre, pasados unos momentos despues, lo llamo aparte y le pregunto:
Que acaso no te das cuenta que la moneda de mayor tamaño valia menos??
Y este respondio:
Ya se......... no soy tan pendejo, ella vale cinco veces menos, pero el día que yo escoja la otra, el jueguito se acaba y yo no voy a ganar más mi moneda.
La historia podría terminar así, con un simple chiste, pero se pueden sacar varias concluciones de ella:
Primera conclusión: Quien parece PENDEJO no siempre lo es.
Segunda conclusión: Cuales eran los verdaderos PENDEJOS de la historia.
Tercera Conclusión: Una ambición desmedida puede acabar cortando la fuente de ingresos.
Pero la conclusión mas importante es:
Podemos estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosostros mismos, por lo tanto, lo importante no es lo que piensen de nosotros, sino lo que uno piensa de si mismo.
"El verdadero hombre inteligente, es el que aparenta ser pendejo, delante de un pendejo que aparenta ser inteligente"
Agradecimiento a mi amigo Luis Izurieta
1 comentario:
No tan pendejo el pendejo...muy analitiaca la reflexion
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